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El poder de la pausa

Foto del escritor: Florencia FrontiniFlorencia Frontini

Actualizado: 7 nov 2022

A la gran mayoría de las personas nos cuesta generar las pausas necesarias en nuestro día a día para conectar con nosotros mismos.


La sociedad parece que nos impulsa para hacer lo contrario, y es por eso que muchas veces hasta nos genera más ansiedad solo el hecho de pensar en parar y frenar lo que estamos haciendo.


Parecería una contradición, pero es cuando estamos inmersos en ese torbellino de actividades y dinámica diaria, cuando más sentido tiene "el poder de la pausa".




La pausa puede cambiarlo todo


Las pausas conscientes son parte de las prácticas a cultivar del autocuidado, las pausas generar grandes beneficios para regular nuestro estado emocional, nuestros pensamientos y nuestras sensaciones físicas.


Cuánto más prácticas las pausas, más te das cuenta de sus beneficios en el cuerpo, en tu bienestar y te permite ver las cosas con otra perspectiva.


Es en la acumulación de pausas conscientes que generamos nuestro bienestar diario. La pausa nos permite tener al alcance una herramienta para autorregularnos a nivel de nuestro sistema nervioso.


 

¿Cómo comenzar a practicarla?


Empezar hacerlo rutina en el día, definir cuándo y dónde (en la mañana y /o en la tarde), estableciendo el momento y lugar, para comenzar poco a poco a definir un patrón de pausa, que permita lograr esa conexión con uno mismo.


El objetivo final de la pausa es encontrar un mecanísmo que nos permita la autorregulación, lo que significa centrar la atención en el interior y calmar el sistema nervioso, tal vez haciendo una respiración lenta y profunda o alguna otra práctica de conciencia corporal, llevando nuestra atención a nuestras sensaciones física.


Esta es una de las herramientas básicas de manejo del estrés de la vida.


El mayor desafío, es aprender a hacer estas pausas en condiciones más estresantes, pero cuánto más lo practiquemos de forma consciente en el día a día, más fácil vamos a poder acudir a ella en situaciones de mayor estrés o ansiedad.


Una vez que internalices atender conscientemente tu respiración y tu cuerpo, te va a resultar más fácil notar tus sensaciones y emociones: la tensión en alguna parte del cuerpo, algún dolor, cualquier emoción como tristeza, enojo, miedo, ansiedad y de esa forma realizar los ajustes que creas necesarios.


Desde la práctica del Mindfulness y atención plena, se cultiva el ser testigos y observadores de nosotros mismos, notar la respiración que entra y sale; notar sentimientos, sensaciones, nuestros diálogos internos, y tomar conciencia de ello. El cultivar esta práctica nos permite generar conductas más funcionales a partir de lo que estamos observando que sucede en nuestro interior, desde nuestro ser: físico, emocional y mental.

 

Te comparto algunas intenciones para tus prácticas de pausas conscientes:


Una pausa para:

  • Agradecer

  • Conectar con el aquí y ahora

  • Para llevar calma a tu presente

  • Conectar con el para qué estás haciendo determinada tarea

  • Para enfocarte en ese hábito que no tenes ganas de hacer pero que te acerca a esa mejor versión de ti mism@

  • Conectar con tu propósito


Espero que te sirva de inspiración y guía de forma de comenzar a incorporar las pausas conscientes en tu día a día y experimentar sus beneficios.


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