La alimentación consciente es mucho más que una simple elección de lo que ponemos en nuestro plato; es un camino hacia una relación más saludable con la comida.
En un mundo donde las dietas restrictivas y las tendencias alimentarias parecen estar en todas partes, la alimentación consciente nos recuerda la importancia de sumar, no de restar.
Este enfoque no solo se trata de los alimentos que elegimos, sino de cómo los elegimos y cómo nos relacionamos con ellos.
Cuando nos decimos a nosotros mismos que no podemos comer ciertos alimentos, nuestro cerebro tiende a obsesionarse con ellos.
Las restricciones pueden llevarnos a un ciclo interminable de antojos, seguido de culpa y privación.
La alimentación consciente nos ofrece una perspectiva diferente. Se trata de tomar decisiones conscientes y positivas sobre lo que ponemos en nuestro plato.
En lugar de decir "no puedo comer eso", decimos "elijo comer alimentos que nutren mi cuerpo y me acercan a mis objetivos de salud". Este enfoque positivo nos empodera y nos da libertad.
En lugar de sentirnos privados, nos sentimos en control y libres para hacer mejores elecciones.
Cada comida se convierte en un acto de amor propio, en lugar de un castigo.
Al desarrollar un vínculo más saludable con la comida, podemos disfrutar de una relación más positiva con la alimentación y cultivar un mayor valor por los alimentos con los que nos nutrimos en el día a día.
5 claves para desarrollar una alimentación consciente
1. Escucha a tu cuerpo:
El primer paso hacia una alimentación consciente es aprender a escuchar las señales de tu cuerpo.
Antes de comer, preguntate si realmente tenes hambre o si estás buscando comida por aburrimiento, estrés o emoción.
Come cuando sientas hambre real y conecta con la sensación de saciedad.
Con el tiempo, esta práctica te ayudará a desarrollar una relación más saludable con la comida y a evitar el exceso.
2. Sé consciente de lo que comes:
Presta atención a tus elecciones de alimentos y cómo los preparas. Opta por alimentos frescos y naturales en lugar de procesados y cargados de aditivos. Disfruta de la variedad de colores, sabores y texturas que la comida real tiene para ofrecer. Cuando te concentras en la calidad de los alimentos, te volvés más consciente de lo que realmente te nutre.
3. Come con atención plena:
La atención plena implica estar completamente presente en el momento mientras comes. Evita distracciones como la televisión o el teléfono y enfocate en tu comida. Mastica lentamente y sentí cada bocado.
Esto te va a ayudar a disfrutar más de la comida y a reconocer las señales de saciedad con mayor facilidad
4. Practica el equilibrio:
No se trata de eliminar por completo ciertos alimentos de tu alimentación, sino de equilibrar tus elecciones. En lugar de prohibirte algo, permitite disfrutarlo con moderación. Si tenes un antojo de algo dulce, disfruta de un pequeño postre ocasional en lugar de sentirte culpable.
El equilibrio y la flexibilidad es la clave para mantener una relación saludable con la comida.
5. Registra tus elecciones:
Llevar un registro de lo que comes puede ser una herramienta poderosa para desarrollar una alimentación consciente. No se trata de contar calorías, sino de tomar nota de tus elecciones alimenticias y cómo te sentís después de comer, tanto a nivel físico como emocional.
Esto te ayudará a identificar patrones y a tomar mejores decisiones en el futuro.
La alimentación consciente es un proceso que lleva tiempo, práctica y muchas veces acompañamiento de un profesional que te guíe en los primeros pasos.
¡Comenzá a incorporar estas claves en tu día a día y disfruta de los beneficios de una alimentación consciente!
Si sentís que te gustaría profundizar y conocer las herramientas para llevar a cabo una alimentación consciente el Programa BE MINDFUL puede ser para tí.
Por acá ¡encantada de acompañarte!
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